Solo las personas que en ese momento tenían la posibilidad de viajar, o quienes supieran de arquitectura y arte eran capaces de entender aquella afirmación. El estilo de las viviendas, palacios, y locales de lujo construidos hace más de un siglo, se basaban en un estilo franco, como el academicista francés que se observa claramente en el Edificio de Polo Ralph Lauren, y en aquellos châteaus (que imitan a los del Loira) y petits hôtels de tipo parisino, que se construyeron con materiales traídos de Europa.
Todo en Recoleta quiere parecerce a la "Belle Epoque", que mostró la belleza y la innovación en los países europeos entre finales de los años 19 y principios del siglo 20. Incluso los parques que se hallan bien desparramados por el barrio refuerzan su aspecto superlativo en cuanto al lujo. Era Francia una de las ciudades más admiradas por Buenos Aires, y fue a ese país en quien parece se basaron al bautizar “plaza Francia”. Y aunque no sea este el lugar de cultura y el arte francés por excelencia, la explanada es muy rica en significado dentro de nuestro país. Por la década de los años 60 fue el lugar de reunión de un reducido grupo de jóvenes músicos y artistas que dieron origen al rock argentino. Estos chicos poseían ese espíritu revolucionario que me recuerda a la toma de la Bastilla en su determinación para buscar el cambio. Hoy esa plaza no es la sede de quienes esperaban la salida del sol con su música al salir de La Cueva, pero el arte se mantiene intacto cuando caminamos por el lugar pasando por la feria artesanal, una de las más reconocidas de Buenos Aires, pero la contracara de los negocios de alta Gama de Av Alvear.
Lo curioso es que para que Recoleta se convirtiera en el barrio que hoy conocemos pasaron muchas cosas. Fue por la fiebre amarilla que muchas familias pudientes fueron atraídas allí, donde la altura los resguardaba de los insectos que propagaban las enfermedades. De sus ganas de empezar de cero surgió el Alvear Palace Hotel, uno de los mas lujosos de América Latina, que desde 1931 marca un camino y recuerda la arrogancia del estilo franco antes mencionado. Al lado del hotel, la Galería Promenade representa la sobriedad y el lujo como una posibilidad a la hora de las compras o de tomar un café. Hermés, el local de moda dirigido por el francés Jean Paul Gautier, así como Cartier y Louis Vuitton, tienen su lugar dentro de la avenida Alvear, una de las arterias que recorren el barrio. Esta avenida es a Buenos Aires como la 5º avenida a Manhattan, en la ciudad de Nueva York. Extrañamente ambas Avenidas surgieron en el mismo siglo, a raíz de la elección de familias adineradas. Ambas están repletas de apartamentos de lujo y mansiones históricas. Podríamos referirnos a ambas arterias como símbolo de la “bonanza económica” de cada país. Una persona de clase media o trabajadora nunca podría ver siquiera los precios sin enfermar o querer llorar.
Si de familia adinerada hablamos, podemos mencionar a los Duhau, quienes mandaron a construir la actual residencia Maguire y su palacio en esa avenida – hoy Park Hyatt Buenos Aires- que ocupa más de media cuadra entre las calles Montevideo y Rodríguez Peña y en la actualidad es usado por gente de mucho dinero o poder para hacer celebraciones muy importantes. Frente al palacio de los Duhau estaba el Palacio Casey construido hacia el año 1889, por encargo del señor Eduardo Casey. El edificio que desde 1960 es sede de la Secretaría de Cultura de la Nación, fue el lugar donde Leopoldo Macheral y Miguél Cané brillaron en el tiempo de fastuosas veladas.
Foto: Embajada de Francia - Buenos Aires
El Palacio Ortiz Basualdo es un exponente de la arquitectura Beaux Arts. El lugar fue diseñado en 1912 por otro francés, el arquitecto Paul Pater, para el matrimonio Ortiz Basualdo. En principio fue la residencia de Eduardo VIII, el príncipe de Gales en 1925 y en 1939 pasó a formar parte de Francia, que estableció su embajada allí. En los años 70 el gobierno peronista intentó demolerlo para ampliar la Avenida 9 de Julio, pero por su significado histórico y cultural, el gobierno francés puso todos sus esfuerzos para mantenerlo en pie. Desde 1997 es Bien de Interés Histórico Artístico, y pertenece a la riqueza que supera todos los bienes que un rico puede pagar. La riqueza cultural nos pertenece a todos, aunque pocas veces la podamos apreciar.
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